Parece mentira, pero soy DIGITAL.
Sí. Digital. Siempre he estado rodeada de lenguajes de programación y equipos informáticos. De cables de red y plataformas tecnológicas.
La sensibilidad artística la he descubierto recientemente. A fuego lento. Me lo pedía el cuerpo. Y, al cuerpo, hay que escucharle.
Oír los colores | Saborear las texturas | Tocar las emociones.
Imagen vía Envato
Todo un mundo sensorial que intento transmitir a través del tacto de mis cuadernos. De la delicadeza de sus acabados. Del sentimiento oculto tras sus portadas.
Porque una obra es mucho más que su contenido gráfico. Es arte en estado puro. Y, el arte, va más allá de las palabras.
Aprende a escuchar en colores. A ver sinfonías. Deja que la vista descubra su función de tocar.
Será entonces cuando te conviertas en protagonista de tu propia historia. Y al plasmarla en cada página, crearás belleza por sí misma.
Es el origen de tu esencia.